Pizarra

Harto de la luz de domingo, pongo a enfriar septiembre junto al Moët Chandon. 

Ya vuelvo al trabajo, colorado por el esfuerzo hasta coger velocidad de despegue. He separado los lápices de colores, plastificado los libros y arrancado las telarañas del fondo de mi pupitre de madera. He planchado mi uniforme azul.

Hay novedades escritas en la pizarra y nuevos ojos que todo lo leen.

Vuelvo a ser tímido, atento; especialmente vulnerable cuando abres la botella de champán y dejas correr las burbujas de septiembre en el primer día de clase.

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