Cenizas
Ya no me conformo con jugar a mirarnos, de refilón primero, como si hubiera sido una feliz casualidad. Las palabras salen de mi boca y preguntan, y espero tus respuestas mientras observo el contorno de la tuya, olvidando de inmediato cualquier explicación. Labios en movimiento. Sonrisas y reacciones inesperadas. Malabares de copas de vino en el mantel y la tenue luz de las velas recordándonos que ninguno de los dos tiene nadie quien le escriba, por mucho que intenten leernos. El reto de tus ojos llega hasta tu corazón, y no pareces darte cuenta hasta que te fijas en los míos. A veces puede ser nada más que un roce. Sí, podríamos dejarnos llevar sin excusas, sin compromisos ni responsabilidades. Sería fácil: apenas la chispa, y dejar paso a un torrente de llamas. Consumiríamos con rapidez nuestro fuego en los recodos más sensibles de la piel, y al cabo, no quedarían más que cenizas de amor entre las sábanas.
No, no pienso conformarme: yo quiero que las cenizas se peleen por decir nuestros nombres.
El amor es como el fuego: primero arde intensamente, luego te consume, para finalmente terminar haciéndote cenizas....
ResponderEliminarsaludos
Arder, crepitar en brasa caliente, a fuego lento, con breves e intensos chisporroteos con la condición de que duren toda la vida. Las cenizas pueden esperar.
EliminarQué lástima esperar con ese presente tan lleno de futuro. Esperar a qué ?
EliminarMaravilloso. Las cenizas solo necesitan no conformarse con morirse, desear vivir, para volver a ser encendidas, avivadas, y bullir en el fuego más grande y más hermoso...
ResponderEliminarYo tampoco me conformo con jugar, con subtitular gestos inaudibles, ...
ResponderEliminarme gustaría componer a dúo toda partitura de entrega y pasión.