Dos horas
Hoy apenas soy una sombra. Cuando me siento así pongo el barco en empopada, a favor de viento, y me dejo llevar. Dos horas han transcurrido desde el aguacero y ahora la mar está en calma, vencida por la tormenta. He olvidado que una vez hubo estrellas; he fingido que las nubes han cubierto desde siempre la luna y que nada ilumina la espuma de las olas cuando la quilla de mi barco rompe y avanza... Qué cosa más curiosa, las metáforas, los símiles, la comparación... El aguacero. La mar. La tormenta. Una sombra de mí.
Tan solo dos horas: dos horas han pasado desde que no soy nada para ti.
Tan solo dos horas: dos horas han pasado desde que no soy nada para ti.
Sí, curiosos los recursos que nos hacen entender la vida, las alegrías o los sinsabores con la elegancia de tu pluma.
ResponderEliminarUn abrazo de domingo.