Reo de muerte
Te aseguro que depende de ti. Me atribuyes potestad para ejecutar acciones, pero eres tú quien domina los hilos. ¡Date prisa! Prometo rebelarme cuando me descubras. Intimaremos en la pelea y acabaremos mezclando nuestra sangre coagulada. Entonces sufriré y amaré por ti, y ellos me reconocerán cuando cruce delante de sus ventanas. Con suerte, me juzgarán con severidad en la plaza pública. De otra forma, tú y yo moriremos a puerta cerrada. ¿Ya me reconoces? Soy el personaje protagonista de tu próxima novela.