Baila, baila, baila...



El violín de Taro Hakase como mar de fondo para contrarrestar los nubarrones que se ciernen sobre el corazón. Hoy me levanté como el día, en claroscuro, a briznas de lluvia y sol; a flores que no se atreven a brotar por miedo a que sea demasiado pronto. por mucho que sea demasiado tarde. Contradicciones. Y todavía a veces -¿será posible?- me digo a mí mismo que el mundo no puede ser tan complicado como parece, y que el orden de las cosas no depende de otra voluntad, a pesar mio. Aclara la tarde mientras niego la mayor. Alguien me dijo un día que debía darme permiso para sentir, y creo que tenía razón: el sol ya no sale tímidamente detrás de las nubes.

Sin prisa llega la noche. Bosteza el tiempo que me es dado para poner a remojo una idea, sólo una: yo. Y noto los latidos de mis dedos en el teclado cuando acarician mi deseo de otra alma, otro cuerpo, otra persona tan voraz y auténtica como yo mismo. No, no hay prisa: tengo para dar y tomar en mi refugio improvisado. Basta con estar un ratito a la luz del fuego que baila en la chimenea, y a la sombra de este Reserva del 92. Hundido en el sillón de cuero, bailo yo también al ritmo del humo blanco del cigarrillo, y me confundo entre los cuadros, las mesitas de cristal y las lámparas de bronce, como si fuera el protagonista del guión de mi vida, en vez de un intruso agazapado en la esquina de una antigua soledad.

A estas brasas no les toca ya apagarse porque no me da la gana, y porque el vino en la penumbra quiere ser negro y no le dejo. Baila en la copa, y apura su frescor en la garganta, rojo como la sangre que palpita en mis venas.



Comentarios

  1. Pausa previa al combate.
    Porque pese al adagio lento del día deberás volver a la realidad (la que sea).

    ResponderEliminar
  2. Sabia esa que te dijo que te dieras permiso para sentir.Quizá te quería ver de nuevo acariciando las nubes y dejándote llevar por ese suave viento, que te devuelva a todo lo que aún te espera con brazos abiertos

    ResponderEliminar
  3. Me saben diferentes hoy tus letras, como si ese gran reserva hubiera matizado su sabor.
    Releerte y descubrir reflejos ambarinos en la oscuridad de esa llama.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Sordo y ciego

Movimiento.

Secretos