Hoy me siento en apariencia frágil, haciendo equilibrios en el espigón del muelle, de puntillas frente a los latidos del mar. Aquí hay lluvia, y noche, y fuego; aquí hay rumores de estrellas justo detrás de las nubes. Oigo crujir la madera bajo el peso de mi cuerpo, y huelo las curvas del tuyo en blanca tinta de sal. Podría ser que la marea susurrase alguna experiencia que creí olvidada. Podría ser que la espuma perezosa de las olas o el fresco rocío de la noche humedeciera mi rostro, como si fuese ese beso tuyo que jamás me diste, o la caricia necesaria que está por llegar. Hoy sueño despierto. Recojo entre alfileres los días a ese esperado momento y abrocho los botones de mi vida, convencido que el traje tejido con palabras, aunque no sea de diseño, ajustará a la perfección.
Porque eres tú y porque soy yo, y nada hay tan elocuente como eso.
soñar despierto es un regalo que se puede disfrutar sin culpa y a plena libertad
ResponderEliminarabrazos
Amaneció, y con las primeras luces se alejó de mí la resaca, llevándose las huellas saladas que cubrían mi piel…
ResponderEliminarEl que deja de soñar, pierde la ilusión...
ResponderEliminarabrazo