Photo call

Ayer noche me sacaron unos amigotes por el centro de la ciudad. Tienes que divertirte, dicen. Pásalo bien. Photo call a ritmo de plataformas de doce centímetros, en plena hoguera de las vanidades. En este garito todo huele a rancio, a novedades de carne y salsa envueltas en sonrisas y plástico fino. Muy jugoso. Me pregunto qué hace un hombre como yo, empeñado en interpretar almas, jugando a ignorarlas. La estupenda chica que me han presentado se esfuerza en gritarme al oído algo ininteligible, y yo me esfuerzo en parecer que lo que no escucho tiene algo de interés, mientras brindamos con tequila porque la noche es joven, o porque la joven es ella, no me acuerdo. Sugerencias. Miradas. Flashes de cuando conquistábamos tú y yo el asiento de atrás de mi destartalado coche y nos daba igual que no fuera un cadillac segunda mano. No te preocupes, cariño, seré un buen chico y acabaré olvidándote. Me disculpo un momento y salgo fuera a fumar un cigarrillo. Paro un taxi. Llueve sobre Madrid.

Comentarios

  1. El sábado pasado también me sacaron a pasear, con nocturnidad y algo de vodka en el ambiente. Conquista de última hora, saludo frugal antes de desaparecer por causa de unos amigos demasiado correctos y funcionales. No paro de interpretar mi propia alma.

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  2. Dif´icil conquistar cuando a´un est´as recogiendo los cad´averes de tu ´ultima derrota... Gracias por tus comentarios.

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