Roma

Ayer me lié la manta a la cabeza y estuve viendo vuelos baratos a cualquier capital europea. París salió la primera, pero tiene la desventaja que hay mucho francés. Londres la tengo muy vista. Berlín casi me convence, pero son más fríos que la puñeta, excepto la zona bávara. (No en vano fui tres años seguidos al Oktoberfest en Munich, a mangar jarras de litro de cerveza después de bebérnoslas, qué tiempos). Recuerdo que hace algunos años íbamos en autobús-litera y en el trans-raíl con los colegas, a dar una vuelta por Europa. Inolvidable los bocatas de sardinas y chorizo en pleno paseo de La Haya. Todo el mundo nos miraba como si fueramos "indignados" satisfechos, o mendigos sub-saharianos.

En fin, que me voy a Roma cuatro días la próxima semana. La ciudad eterna. La cuna de la civilización occidental, con permiso de los griegos. El centro de la cristiandad, salvando las distancias con Jerusalén, y el camino de Santiago. Roma, la ciudad más sucia de Europa. Voy a alquilar una Vespa. Bueno, mejor algo más gordo y estable, que no es cuestión de tener un accidente por esas calles atestadas de tráfico. Quizá una Harley, sí. Comeré pasta, aunque estoy seguro que yo la cocino mejor; brindaré con sus vinos, sabiendo que son de La Mancha, por mucho márketing desplegado en su etiqueta, y haremos el amor hasta que los dos digamos basta.

No se me ocurre mejor plan para los próximos días. A ello.






Comentarios

  1. Pues el plan es cojonudo (con perdón). A disfrutar se ha dicho.

    ¡Buen viaje!

    Un abrazo.

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