Un buen día


He cogido vacaciones de la gran ciudad y ayer noche llegué al pueblo de madrugada. Me recibe la vieja casa, grande, silenciosa y cubierta de polvo. Un perro ladra. Hace frío en la habitación principal y me meto en la cama con un par de mantas. Las vigas crujen como si en vez del viento, estuviese retorciéndolas algún alma en pena. Estoy agotado, molido y me parece oír a lo lejos que en el campanario de la iglesia, tañen cuatro veces las campanas.


8:00 Me levanto con la legaña puesta. Hoy espero a los electricistas para unos cambios que hay que hacer en la línea general pegada a la fachada. También a los de la caldera, que no tira como debe.

9:30 Bajo al pueblo de al lado. Compro pan de leña, un entrecot de buey de medio kilo. Chorizos y jamón serrano cortado en lonchas, al vacío. Moodś con filtro. Desayuno lentamente un café cargado, con bocatín de revuelto de trigueros. Consulto el correo electrónico. Pido otro café.

10:30 Vuelvo y todavía no han llegado. Me llama el de la caldera que no puede, le convenzo para que venga por la tarde. La leñera está vacía. Pido permiso en el Ayuntamiento para llenar la leñera de una obra de derribo cercana. Han cortado vigas de madera de roble, y dentro de la ruina, encuentro un balcón de hierro forjado. Mío, al trastero de los objetos perdidos y/o recuperados, mientras pienso que en otra vida debí ser trapero, o trapense, o algo que empiece por trapo. Por fin los electricistas. Me pongo unos pantalones vaqueros, un estupendo jersey raído con agujeros y empiezo a acarrear leña.

14:00 Ducha. Tengo telarañas hasta en los calzoncillos. Por el trabajo, no por lo otro, que de ahí no puedo quejarme. Abro un Durón Reserva 99, Ribera del Duero, aunque pienso que va a ser demasiado para mí, igual que el filete. Un día es un día. Primero preparo con rapidez un aperitivo para los electricistas y charlo con ellos de cosas sin importancia. No dejan ni las migas del pan. Quedamos para que arreglen la antena, por imperativo familiar. Maldita televisión, qué asco. Como las viandas mejor que un príncipe, y me entra una modorra espantosa.

15:30 Siesta de pijama y orinal.

17: 00 Creo que abro un ojo, pero no estoy seguro.

17:30 Debería organizar el trabajo para disfrutar de una siestecita diaria. No te engañes, imposible. Ochenta euros me cobra el tío de la caldera por cambiar una pieza de nada. Joder con la crisis.

18:30 Botas, cayado, prismáticos, cámara. Cojo el coche y subo al monte por pistas de tierra. Al encumbrar el bosque de hayas, respiro hondo. Los venados están en celo, y sus bramidos atronan sin descanso el valle convocándose para la lucha. Quiero que el tiempo se pare. Cae la tarde y el cielo está raso, con nubes que parecen lanzas de espuma. Tres ciervas cruzan las sombras entre los árboles. Me pierdo en la belleza de la puesta de sol.

21:30 Ceno como un mendigo.

23:00 Me meto en la cama con un libro, qué le vamos a hacer. Y pienso por un momento que soy feliz, también porque los echo de menos. Esta soledad maravillosa que he pasado hoy, no sería lo mismo si fuera impuesta, si no hubiese nadie que me estuviera esperando mañana. Escribo un post resumiendo el día.

1:00 Las campanas tocan la una. Tengan ustedes buenas noches. Y usted también, Sr. Fantasma.

Comentarios

  1. Justo es eso, Miguel... "Esta soledad maravillosa que he pasado hoy, no sería lo mismo si fuera impuesta, si no hubiese nadie que me estuviera esperando mañana"

    A mí también me encanta estar sola de vez en cuando, es más, necesito estar sola todos los días un cachito, conmigo misma, ser yo, pensar o no, hacer muchas cosas o permitirme el lujo de no hacer nada. No por mucho tiempo, pero sola...

    Pero se que me gusta porque afortunadamente también se que ellos me están esperando...

    Disfruta de tu descanso. Yo me voy mañana a la costa, costa. Vamos, a un pasito de una playa preciosa desde la que puedes tocar casi la montaña con la punta de los dedos. Espero que esa bombogénesis puñetera se porte y pase de largo :)

    Un beso, cuídate y lo dicho, descansa y disfruta de la soledad y también de la compañía...

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  2. ¿En otra vida no serías trapecista? O malabarista, quizá, de las palabras, aunque no empieza por trapo.

    Lo de las telarañas en los calzoncillos y su consiguiente explicación no tiene precio, jajaja.

    Eres grande. He disfrutado con tu mini diario.

    Felices vacaciones en el pueblo.

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  3. Aquí estoy como otro rostro anónimo más que, desde la sombra, alcanzo a verte las alas.
    Es un relato auténtico, llevadero, fresco y que resume el buen día que has pasado.- Disfruté contigo cada momento desde las compras de pan y entrecot, hasta el paseo por el bosque de hayas.- Es increíble como las cosas simples de la vida pueden parecernos fantásticas cuando están bien relatadas.- Felicitaciones.-

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  4. Un bonito relato y es que de un día cualquiera podemos hacer un bonito día-

    Saludos.

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  5. Yo también inventaría un fantasma para que me hiciera compañía en un día tan solitario como el tuyo.

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  6. Buena síntesis de un día de vacaciones de ciudad.

    Besos y feliz 2011

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