Nada ha cambiado.

Te lo advertí; no puedes decirme que no estabas avisada. Cuando tú me rechazaste, tomé mi decisión e intenté explicártelo, mientras trazaba la raya imaginaria entre los azulejos de tu portal. Declararme no había sido más que un error sin importancia, un impulso provocado por las noches locas de Madrid. No tenías porqué preocuparte: conservabas el amigo. Y el amigo prometió que no iba a traspasar jamás la línea que se había autoimpuesto. Te dejé claro que volvería a invitarte a cenar, desvelaríamos de nuevo secretos inconfesables y bailaría contigo hasta el alba cuando tú quisieras. Nada había cambiado. El grupo con el que salíamos no tenía porqué enterarse de nada.


Pasó algún tiempo y volvimos a salir con nuestros amigos de siempre. Mordíamos la noche, pero mis bocados hambrientos eran para otras que no eras tú. No hubo más cenas, ni secretos, ni bailes que alumbrasen la madrugada. Mis saludos eran cada vez más fríos y distantes, y aquella complicidad que un día hubo entre nosotros, dejó de existir. ¡Qué guapa estabas! Tú te ponías colorada cuando me preguntabas sobre nuestra perdida amistad, y yo respondía con negativas y una pizca de asombro, mintiendo con cierto aire indiferente. Nada ha cambiado -te decía-.

Y mientras tanto, te amaba en silencio y archivaba cada mirada furtiva. Notaba esperanzado cómo cada día que pasaba intentabas exhibirte ante mí, y flirteabas para conseguir una sonrisa que nunca llegaba. Habías perdido lo que creías que era un amigo, y tenías mucha curiosidad por cruzar aquella raya imaginaria donde habíamos, de común acuerdo, proscrito el amor. Cuando me invitaste a cenar, sabías perfectamente lo que querías. Hablamos. Reímos. Brindamos como si esa noche el destino nos quisiera dar una segunda oportunidad. Cuando, agotados de bailar, tú te declaraste confesándome que odiabas los azulejos de tu portal, yo te contesté que nada había cambiado: seguía completamente enamorado de ti.

Comentarios

  1. Amor, amistad... Frágil frontera. Difícilmente lo que fue amor se convierte en amistad, o sigue siendo amor o se adentra en el terreno del odio. Es complicado.
    Bello relato. Ahora que te has animado no dejes de escribir.

    ResponderEliminar
  2. "Cómo quieres ser mi amiga si por ti daría la vida, si confundo tu sonrisa por camelo si me miras. Razón y piel, difícil mezcla, agua y sed, serio problema. Cómo quieres ser mi amiga si por ti me perdería si confundo tus caricias por camelo si me mimas. Pasión y ley, difícil mezcla, agua y sed, serio problema.. Cuando uno tiene sed pero el agua no está cerca, cuando uno quiere beber pero el agua no está cerca. Qué hacer, tú lo sabes, conservar la distancia. Renunciar a lo natural, que el agua..." Cuantas veces nos hemos visto en la tesitura de elegir,... pero al final todo elefantito tiene su elefantita, ¿Verdad, querido amigo? ;-)

    ResponderEliminar
  3. Maribel , complicado como suelen ser las cosas del corazón. Gracias por los ánimos y veremos si este mes le dedico cierto tiempo a la escritura. Eres un sol.

    ResponderEliminar
  4. Garum,bienvenido!

    No sé quién eres, pero te agradezco tú aportación.

    Un saludo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Sordo y ciego

Secretos

Movimiento.