Desvaríos de un lunático.

Si he de ser sincero, no creo que esto dure mucho. Quizá lo suficiente para hacer reir a alguien con mis chistes facilitos, de esos para compartir acodado en el bar de la esquina. Puede que a la rubia del fondo le parezca mono, y que esa sonrisa que le dedica al novio sea una invitación para mi morbo y su coquetería. -¿Imaginas lo que yo, chica rubia?- Quiero creer que todo conspira para que tú y yo estemos juntos, y dejemos Madrid arrasado en esta noche loca... esta noche donde todo late alrededor mío hasta cortar la respiración. Hagamos que baile la ciudad hasta desvanecerse en un beso. Hagamos -por una vez- a nuestros sueños esclavos de la realidad y amémonos hasta el amanecer como si nos faltara tiempo. ¿Serás tú, chica rubia? O será la cerveza, o serán mis pies que se arrastran hasta otra taberna, hasta otra imaginativa visión cuyo común denominador es la luna, o quizá el amor, o esta maldita soledad que me come por dentro.

Comentarios

  1. Un día, no sé cuando, publicaré algo que tengo escrito y que tiene que ver con este post.

    De momento, te felicito por lo escrito: pefecto retrato de la soledad

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Sordo y ciego

Movimiento.

Secretos